La hipnosis es un estado alterado de consciencia, en el cual se busca llegar a la mente inconsciente que ocupa el 88% del total. Para resolver conflictos, concentrándose en ellos al 100%. Encontrando así otros caminos o soluciones que no logra en estado de vigilia.
Una sesión de hipnosis tiene tres momentos básicos:
Inducción: A través de diferentes métodos de contracción / relajación, se lleva al hipnotizado a lograr un estado de ondas alfa, en el cual relaja su cuerpo y su mente y se prepara para el siguiente estado.
Sugestión: Se dan al paciente indicaciones sencillas y directas que el mismo realizará fácilmente para lograr que surja el problema.
Finalización: se saca al paciente del estado hipnótico a través del método de inducción contrario trayéndolo al momento presente.
La persona que está hipnotizada nunca pierde la conciencia ni la voluntad en la sesión, siempre recuerda todo lo que ocurrió en ella y lo que habla el profesional. No está dormida sino despierta y tiene control sobre sí misma. Es imposible hacer sugestiones que van en contra de los intereses del hipnotizado/a ya que si se intenta, la persona sale rápidamente del trance. Se puede decir que una parte de la persona cumple la función “protectora” vigilando lo que ocurre. Algunos autores lo han llamado “observador oculto”.
Ambos métodos trabajan con el inconsciente y ayuda al paciente a conectar con su interior y crear allí un espacio óptimo para realizar cambios y aprendizajes para la persona.
Utilizan diferentes maneras de lograr ese objetivo siendo más clásica la hipnosis clínica y más moderna y desestructurada en su abordaje la hipnosis ericksoniana que fue creada en base a la primera.
Se puede aplicar hipnosis en varias áreas como por ejemplo :